La Organización de los Estados Americanos (OEA) y el Gobierno de Panamá firmaron hoy un acuerdo por medio del cual la Organización brindará cooperación y asistencia técnica para la liberación de áreas contaminadas con municiones sin explotar en el Polígono de Tiro de Río Hato, en la provincia de Coclé.
El proyecto permitirá la destrucción de municiónes en una antigua zona de tiro y bombardeo de más de 7000 hectáreas, actualmente utilizada con fines ganaderos, agrícolas y forestales por personas de las comunidades del área.
Durante la firma del acuerdo el Embajador de Panamá ante la OEA, Jesús Sierra, agradeció el apoyo de la OEA en este tema y aseguró que este proyecto “contribuirá a fortalecer la seguridad ciudadana de esta área”. Por su parte el Secretario General de la OEA, Luis Almagro, alabó el compromiso de Panamá con la gestión del medio ambiente y los recursos naturales, y afirmó que esta iniciativa “es una oportunidad para limpiar y eliminar el peligro de los panameños que viven y trabajan en la zona afectada por municiones sin explotar”.
MENSAJE DEL SECRETARIO GENERAL DE LA OEA EN ENTREGA DE PREMIO OSWALDO PAYÁ
La libertad es idea y acción, es nuestro derecho humano esencial sin el cual el derecho a la vida no tiene sentido y pierde completamente su dignidad.
La libertad nos abre la posibilidad de disentir políticamente, esencia misma del funcionamiento de una sociedad y principal derecho para la conformación de un sistema político. El regimen cubano ha despojado a su país, a su sociedad y a sus ciudadanos del principio fundamental de Martí: de la independencia de los individuos depende la grandeza de los pueblos.
Hoy, en la entrega del Premio Oswaldo Payá, se ha reconocido a IDEA Internacional por su constante lucha por la democracia en el continente.
Es un justo y merecido homenaje a IDEA, que iban a estar representados por los presidentes Andrés Pastrana y Jorge Quiroga, pero lo es más, mucho más, un homenaje a un cubano libre, cuya vida fue marcada por la fuerza de oponerse al totalitarismo y buscar un futuro de paz en que valores que nosotros damos por garantizados, como democracia y derechos humanos, fueran una realidad para los millones de cubanos que viven en su país.
Ese compromiso de lograr la libertad de conciencia y la búsqueda del bienestar para millones de cubanos fue la razón por la que dio su vida. Literalmente.
No hay nada místico en el odio, ni en la falta de libertades, ni en la miseria impuesta.
Pero hay un futuro para los cubanos que es el presente que han sabido lograr en otros países, donde por su maravilloso talento y capacidad se han transformado en esencia del vigor y desarrollo de esas sociedades. Estamos seguros que todos los cubanos lo podrán construir en su propio país el día que puedan ser libres para decidir su destino político, económico y social.
La peor forma de intervencionismo que existe en la comunidad internacional es darle impunidad a una dictadura.
Silenciar la voz del pueblo, impedirle decidir su futuro no los hace ni revolucionarios ni de izquierda. Los revolucionarios que nos enseña nuestra historia -sea Artigas o Martí- lucharon por devolverle su voz y someterse a su Poder soberano. La izquierda que es referente, para mí, es la que se enfrentó a las dictaduras reclamando los derechos de la gente.