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UN PROGRAMA MUNDIAL BUSCA FRENAR UNA GRAVE AMENAZA PARA LOS BANANOS

FAO BANANOS

La FAO y sus socios lanzan una campaña contra la nueva cepa de la enfermedad del marchitamiento por Fusarium, que amenaza el sustento de aquellos que dependen de la fruta más comercializada del mundo

Photo: ©FAO/Simon Maina
Vendedores de bananos esperando a los clientes en el mercado de Tuleba, Tanzania.
18 de octubre de 2017, Roma – Un hongo amenaza con diezmar la producción bananera mundial, provocando cuantiosas pérdidas comerciales y enormes perjuicios a los medios de vida de los 400 millones de personas que dependen de la fruta más comercializada del mundo, ya sea como alimento básico o como fuente de ingresos.

La FAO y sus socios -Bioversity International, el Instituto Internacional de Agricultura Tropical (IITA, por sus siglas en inglés) y el Foro Mundial Bananero- han lanzado un programa mundial (que requiere 98 millones de dólares EEUU de financiación) para frenar y tratar una nueva cepa –raza tropical 4 (TR4, por sus siglas en inglés)- del marchitamiento por Fusarium, una dañina enfermedad que puede perdurar años en los suelos y propagarse a nuevos campos y lugares a través de diversos medios, como materiales de siembra, agua, calzado, herramientas agrícolas y vehículos infectados.

“Se trata de una grave amenaza para la producción bananera en varias regiones del mundo. Debemos actuar rápidamente para evitar que se propague más allá de su ámbito actual y para ayudar a los países afectados en sus esfuerzos por hacer frente a la enfermedad. La resiliencia a largo plazo de los sistemas de producción bananera solo puede mejorarse con una vigilancia continua, estrategias sólidas de contención, reforzando las capacidades nacionales y mejorando la colaboración internacional para utilizar enfoques integrados de tratamiento de la enfermedad”, afirmó Hans Dreyer, Director de la División de Producción y Protección Vegetal de la FAO.

El marchitamiento por Fusarium TR4 se detectó por primera vez en el Sudeste asiático en la década de 1990, y afecta actualmente a 19 zonas en 10 países, incluyendo el Cercano Oriente, Asia meridional y Mozambique, en África subsahariana. En principio, el programa mundial tiene como objetivo tratar y evitar la propagación de la enfermedad en 67 países. Sin una intervención coordinada, los científicos estiman que la enfermedad podría afectar en 2040 a 1,6 millones de ha de tierras destinadas actualmente al cultivo del banano, una sexta parte de la producción mundial actual con un valor anual estimado de 10 000 millones de dólares EEUU. El programa tiene como objetivo reducir las zonas que potencialmente podrían verse afectadas hasta en un 60 por ciento.

“Existe también un importante déficit de conocimientos sobre la biología y el tratamiento del hongo, que pretendemos subsanar mediante esta iniciativa colaborativa, promoviendo a su vez mejorar la biodiversidad y la introducción de prácticas agronómicas mejoradas en los sistemas de producción bananera”, señaló por su parte Ann Tutwiler, Directora General de Bioversity International, en representación de su organización y del IITA.

“La enfermedad supone igualmente una preocupación importante para la industria y el comercio de esta popular fruta”, añadió Pascal Liu, coordinador del Foro Mundial Bananero.

El programa -de cinco años de duración- está diseñado para aprovechar las iniciativas existentes que abordan la enfermedad, y se centra en fortalecer las capacidades técnicas locales y apoyar al desarrollo de tecnologías y herramientas científicas investigando sobre la biología y epidemiología del hongo, su detección y vigilancia, las actuaciones de contención rápida, la salud del suelo y el desarrollo de variedades resistentes.

En aquellas zonas exentas de la enfermedad o afectadas por primera vez, se desarrollarán medidas de inspección, vigilancia y respuesta rápida. En las zonas ya afectadas, se desarrollarán técnicas mejoradas e integradas de tratamiento de la enfermedad y se buscarán y utilizarán variedades resistentes. Si el programa se implementa de manera efectiva, se estima que en 20 años generará beneficios comprendidos entre 98 y 196 dólares EEUU por cada dólar invertido.

¿Qué es el marchitamiento por Fusarium TR4?

La enfermedad está provocada por una nueva variante del hongo Fusarium oxysporum f.sp. cubense que diezmó las plantaciones de banano a principios del siglo XX, causando más de 2 000 millones de dólares EEUU en pérdidas y motivando la sustitución del banano Gros Michel por la variedad Cavendish, resistente a la cepa anterior del hongo, pero vulnerable a la nueva raza TR4.

La cepa TR4, que hasta la fecha ha afectado a casi 100 000 hectáreas -según estimaciones de los científicos-, es especialmente perjudicial para la variedad Cavendish, que representa alrededor de la mitad de los bananos cultivados actualmente, pero también para otras variedades que son alimentos básicos clave. A pesar de la importancia del banano en el comercio mundial, en torno a un 85 por ciento de la producción anual se consume a nivel local.

Las hojas de las plantas afectadas amarillean y posteriormente se caen, formando un perímetro residual alrededor de la sección inferior de las plantas. El hongo puede propagarse fácilmente y permanecer activo en el suelo durante décadas. De ahí que las normas fitosanitarias establecidas por la Convención Internacional de Protección Fitosanitaria resulten esenciales, constituyendo el mejor enfoque con diferencia para evitar la llegada del hongo a un nuevo país o región.

Una vez descubiertas, las zonas infestadas se deben vallar rápida y adecuadamente, las plantas infectadas han de ser destruidas, y se deben adoptar medidas adicionales de cuarentena. La implementación de dichas medidas variará sustancialmente dependiendo de si los sistemas de producción están basados en la agricultura familiar, en sistemas de cultivos mixtos o en plantaciones de monocultivo.

LOS PAÍSES DEL G7 PUEDEN AYUDAR A LOS PEQUEÑOS CAMPESINOS Y LOS AGRICULTORES FAMILIARES A ACCEDER A INFORMACIÓN VITAL PARA REFORZAR SU RESILIENCIA
FAO G7 AYUDA CAMPESINOS
Director General de la FAO: la información es esencial para empoderar a los agricultores, crear mercados y mejorar la calidad y el suministro de alimentos.

14 de octubre de 2017, Bérgamo – El acceso a información fiable, incluida la referente a los cambiantes patrones climáticos y la situación de los mercados, es esencial para empoderar a los agricultores, especialmente aquellos que viven en los países en desarrollo, aseguró hoy el Director General de la FAO, José Graziano da Silva.

“Hay una necesidad urgente de recopilar la información disponible a nivel mundial y llevarla sobre el terreno”, señaló Graziano da Silva al intervenir en una reunión de los ministros de Agricultura del G7 bajo el título “Empoderar a los agricultores” (Empowering Farmers).

El responsable de la FAO afirmó que los países del G7 -Canadá, Francia, Alemania, Italia, Japón, Reino Unido y Estados Unidos- pueden desempeñar un papel clave y ayudar a promover sistemas agrícolas y alimentarios mundiales más resilientes y más sostenibles.

ACCESO A INFORMACIÓN PARA COMBATIR EL HAMBRE Y LA POBREZA

Los agricultores, especialmente los pequeños campesinos y los agricultores familiares de los países en desarrollo, sufren la mayor parte de las consecuencias del cambio climático y otros impactos, incluida la volatilidad de los precios. Y en un contexto mundial en el que, por primera vez en más de una década, las estimaciones muestran que el hambre aumenta, con 815 millones de personas que padecen subalimentación crónica.

El Director General de la FAO destacó el papel que desempeña el mejor acceso a datos de calidad en la lucha contra el hambre y la pobreza, proporcionando a los agricultores información vital, incluso sobre el acceso a los alimentos y otros productos agrícolas. Las compras locales de los agricultores familiares abren mercados y ayudan a mejorar la calidad y el suministro de alimentos, subrayó.

Añadió que este aspecto es también clave para crear resiliencia y fortalecer los medios de vida, al contar con información sobre oportunidades de generación de ingresos, en particular para empoderar a las mujeres pobres. Es algo que puede hacerse de manera relativamente simple a través de teléfonos móviles y, en este sentido, la FAO trabaja con el sector privado en el desarrollo de aplicaciones de telefonía móvil para tener información sobre los mercados.

Mejores previsiones meteorológicas

Graziano da Silva señaló que desarrollar la resiliencia de los agricultores frente a los fenómenos meteorológicos extremos relacionados con el cambio climático -incluidas las sequías y las inundaciones-, exige a su vez que haya más información disponible para más personas, especialmente aquellas que viven en zonas rurales pobres y a menudo remotas.

La FAO trabaja con la Organización Meteorológica Mundial (OMM) para responder mejor ante la variabilidad y el cambio climático sobre la base de datos mejores y accesibles más fácilmente. Graziano da Silva advirtió que unos 75 países -principalmente en África y muchos pequeños Estados insulares en desarrollo (PEID)-, no tienen la capacidad de convertir los datos meteorológicos -incluidas las previsiones a largo plazo- en información para los agricultores. Por ello instó al G7 a abordar este tema en sus futuras deliberaciones.

El domingo, Graziano da Silva tiene previsto participar en otra sesión de la Reunión de Ministros de Agricultura del G7 sobre el tema “Desarrollar las áreas rurales: mejorar la cooperación”.

El lunes próximo varios de los ministros del G7 participarán la ceremonia del Día Mundial de la Alimentación que tendrá lugar en la sede de la FAO en Roma, en la que el Papa Francisco será el encargado de pronunciar el discurso inaugural.

Mensaje de la FAO al G7: la agricultura y el desarrollo rural son cruciales para responder a los conflictos, el hambre y la migración

Graziano da Silva aplaude el enfoque de los ministros de Agricultura del G7 en los sistemas alimentarios y el papel de las mujeres y jóvenes en la seguridad alimentaria

15 de octubre de 2017, Bérgamo – Al intervenir hoy en la reunión de los ministros de Agricultura del G7, el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, subrayó el papel de la agricultura y el desarrollo rural en prevenir y dar respuesta a los retos que plantean los conflictos, la migración y la seguridad alimentaria.

El Director General informó a los ministros del G7 de la intención de la FAO -como organismo que copreside en 2018 junto a la Organización Internacional para las Migraciones el Grupo Mundial sobre Migración de las Naciones Unidas (GMG)-, de poner énfasis en los vínculos entre el desarrollo agrícola y rural y migración.

En su alocución en la reunión ministerial, Graziano da Silva se refirió a la FAO y a su informe conjunto con el Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI), que incluye cinco vías hacia soluciones duraderas y sostenibles para ayudar a prevenir conflictos y abordar algunas de las causas subyacentes de la migración forzada.

Entre éstas se cita la necesidad de reforzar las respuestas ante los riesgos y los impactos creando resiliencia al invertir en el fortalecimiento de los medios de vida y fomentar procesos inclusivos y participativos en el acceso y el uso de los recursos naturales.

“El G7 ha ayudado a agudizar el enfoque en la necesidad de hacer que los sistemas alimentarios sean más sostenibles, incluso mediante enfoques territoriales, y aplaudimos el reconocimiento del papel esencial de las mujeres y los jóvenes para alcanzar la seguridad alimentaria”, aseguró Graziano da Silva.

El lunes, varios de los ministros del G7 participarán en la ceremonia del Día Mundial de la Alimentación (DMA) en la sede de la FAO en Roma, donde el Papa Francisco pronunciará el discurso principal. El tema del DMA 2017 es: Cambiar el futuro de la migración. Invertir en seguridad alimentaria y desarrollo rural.