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USAID Y FAO TRABAJAN PARA ANTICIPARSE A LA PRÓXIMA PANDEMIA MUNDIAL CON 4.700 VETERINARIOS EN 25 PAÍSES.

fao alimentos

Una asociación entre los Estados Unidos y la FAO que trabaja para fortalecer la capacidad de los países en desarrollo para controlar brotes de enfermedades en animales de granja, ha logrado capacitar en solo 12 meses a más de 4.700 profesionales de atención veterinaria en 25 países de África, Asia y Oriente Medio.

La formación técnica proporcionada por la FAO incluía una amplia gama de competencias clave, como vigilancia y previsión de enfermedades, operaciones de laboratorio, bioinocuidad y bioseguridad, métodos de prevención y control y estrategias de respuesta a brotes.

En total, se formaron 3,266 veterinarios en Asia, 619 en África occidental, y 363 en Medio Oriente. Estos profesionales lideran los esfuerzos para frenar las nuevas enfermedades en su origen. (Lista completa abajo).

“En el transcurso de esta colaboración hemos aprendido que hay muchas áreas de interés beneficiosas mutuamente entre la comunidad agrícola y alimentaria y la comunidad de la salud humana”, afirmó Dennis Carroll, Director de la Unidad de Seguridad de la Salud Global y Desarrollo de USAID.

“La asociación con la FAO no solo nos permite proteger a las poblaciones humanas de amenazas víricas futuras sino también proteger a las poblaciones animales de virus que podrían esquilmar los suministros de alimentos. No es solo un asunto de salud global y de enfermedad infecciosa, sino también de seguridad e inocuidad alimentaria y crecimiento económico”, añadió Carroll.

“Unas 75 de las nuevas enfermedades infecciosas surgidas en las últimas décadas se originaron en animales antes de llegar hasta nosotros, el Homo sapiens, un mamífero terrestre. Por ello mejorar adecuadamente la detección y respuesta a la amenaza de las enfermedades animales en su origen supone una ventaja estratégica para prevenir futuras pandemias”, aseguró Juan Lubroth, Jefe del Servicio Veterinario de la FAO.

“Resulta absolutamente esencial –añadió- adoptar un enfoque proactivo, y para ello, el mundo necesita profesionales bien formados y que estén al día -biólogos, ecólogos, microbiólogos, expertos en modelos, médicos y veterinarios- razón por la cual el apoyo continuo de los Estados Unidos para la creación de ese tipo de capacidad ha sido de inestimable valor”.

Riesgos virales

El crecimiento demográfico, la expansión agrícola y la intrusión medioambiental, así como el auge de las cadenas intercontinentales de suministro de alimentos en las últimas décadas han alterado enormemente la forma en la que surgen las enfermedades, traspasan las fronteras entre especies y se propagan, según demuestran los estudios de la FAO.

Un nuevo estudio recién publicado por Dennis Carroll (USAID) y expertos de diversas instituciones, incluida la FAO, sugiere que tan solo un 0,01 por ciento de los virus que provocan los brotes de enfermedades zoonóticas se conocen a nivel científico.

Los autores proponen una asociación internacional, el “Proyecto Viroma Global” (Global Virome Project) que tiene como objetivo caracterizar a los virus de mayor riesgo. Ello permitiría respuestas más proactivas frente a las amenazas de enfermedades, beneficiando no solo la salud pública, sino también a los medios de subsistencia de las comunidades agrícolas pobres que dependen de la ganadería.

Asociación para la seguridad sanitaria mundial

La estrecha colaboración entre la FAO y la USAID en materia de sanidad animal se remonta a hace más de una década.

Expertos de ambas organizaciones se reúnen en Roma esta semana para analizar los avances realizados el año pasado y cómo responder a amenazas como las enfermedades zoonóticas que pasan de una especie a otra y la creciente tendencia a la resistencia a los antimicrobianos, así como para estudiar posibles medidas de intervención en la producción de alimentos y la protección de la salud pública.

Además de la capacitación, a través del Programa de amenazas pandémicas emergentes (EPT, por sus siglas en inglés) de la USAID, la FAO investiga y asesora sobre las políticas para ayudar a los países a aumentar su resiliencia a la aparición de enfermedades y proteger la salud animal y humana.

Y para permitir respuestas rápidas de los gobiernos a los episodios de enfermedades, la FAO ha impulsado la colaboración con la USAID para trabajar con los Depósitos para la Respuesta Humanitaria de las Naciones Unidas y habilitar un conjunto de equipos de emergencia y almacenes en 15 países que faciliten respuestas rápidas y adecuadas a los brotes.

La FAO también es actor y asesor clave de la Agenda de Seguridad Sanitaria Mundial (GHSA, por sus siglas en inglés), una alianza cada vez mayor de más de 60 países, ONG y organizaciones internacionales que trabajan para mejorar la detección temprana y las respuestas a las amenazas de enfermedades infecciosas.

El apoyo de la USAID en el marco del GHSA está ayudando a la FAO a trabajar con 17 países en África y Asia para fortalecer su capacidad de detección y respuesta a enfermedades zoonóticas.

Gracias a la ayuda de la USAID en el EPT y el GHSA, la FAO hace frente a las enfermedades de manera activa y desarrolla las capacidades nacionales en más de 30 países.

Impacto económico y consecuencias para la salud

Más allá de los riesgos para la salud humana, las enfermedades animales pueden conllevar costes de miles de millones de dólares EEUU y frenar el crecimiento económico.

Los brotes más dañinos de enfermedades de gran impacto de las últimas décadas fueron de origen animal, incluyendo la gripe aviar altamente patógena H5N1, la gripe pandémica H1N1, el ébola, el síndrome respiratorio agudo y grave (SRAG) y el síndrome respiratorio de Oriente Medio (MERS).

Por ejemplo, el brote del virus H5N1 de mediados de la década de 2000 provocó pérdidas económicas a nivel mundial estimadas en 30 000 millones de dólares EEUU, y algunos años más tarde, el virus H1N1 provocó daños por valor de otros 55 000 millones de dólares.

Por no mencionar que, para millones de las personas más pobres del mundo, los animales son sus principales activos fijos: lo que podríamos denominar capital cuadrúpedo. Su pérdida puede alejar a estas familias de la autosuficiencia y conducirlas a la indigencia.

EL FONDO VERDE PARA EL CLIMA DE LA FAO: 90 MILLONES DE DÓLARES PARA COMBATIR EL CAMBIO CLIMÁTICO, EL HAMBRE Y LA POBREZA EN PARAGUAY

Fondo Verde para el Clima (FVC) ha aprobado un proyecto de mitigación y adaptación al cambio climático por valor de 90 millones de dólares EEUU, desarrollado conjuntamente por la FAO y el Gobierno de Paraguay.

La decisión, la primera relacionada con una propuesta de financiación de la FAO al FVC (también conocido como GCF, siglas en inglés de Green Climate Fund), se hizo oficial durante la 19ª reunión de la Junta del Fondo Verde para el Clima, que se celebra del 27 de febrero al 2 de marzo de 2018.

El proyecto, “Pobreza, Reforestación, Energía y Cambio Climático – (PROEZA)” consta de tres componentes a implementar en cinco años. La financiación vendrá de una donación del GCF de 25 millones de dólares EEUU y otros 65.2 millones de cofinanciación del Gobierno de Paraguay.

“PROEZA es un claro ejemplo del innovador proyecto de transformación requerido para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible y los compromisos del Acuerdo de París. No podemos alcanzar el Hambre Cero sin crear medios de vida resilientes, con seguridad alimentaria y sostenibles”, aseguró el Director General de la FAO, José Graziano da Silva.

El objetivo del proyecto es reducir los efectos adversos del cambio climático en el país, a la vez que se disminuye la pobreza rural, se combate la deforestación y se mitigan las emisiones de gases de efecto invernadero. También apoyará la transición a la gestión forestal sostenible para reducir la pérdida de la cubierta forestal del país y mejorar la calidad de vida de unas 17 000 familias vulnerables, en 64 distritos municipales ubicados en ocho departamentos del este de Paraguay. Muchos de los beneficiarios proceden de comunidades indígenas.

Innovador y transformador

El aspecto innovador y transformador de PROEZA es su promoción de un enfoque territorial integrador para garantizar la resiliencia frente al cambio climático en las áreas objetivo. En este contexto, PROEZA asegurará un cambio de paradigma desde las decisiones y acciones sectoriales individuales a un marco de toma de decisiones interinstitucional cohesionado y coordinado.

El proyecto proporcionará apoyo técnico e incentivos para establecer prácticas agroforestales sostenibles, fortalecer la gestión de la tierra y mejorar la eficiencia del uso de la biomasa en los hogares. Un elemento central del proyecto es que el esquema de medidas de protección social del Gobierno permitirá a los hogares más pobres producir comida mientras adoptan métodos de bajas emisiones y resilientes al clima.

El proyecto es parte del esfuerzo de Paraguay de cumplir sus Contribuciones Nacionales Determinadas, una hoja de ruta para alcanzar el Acuerdo de París. Globalmente, la agricultura es el segundo sector que más contribuye a las emisiones de gases de efecto invernadero y figura de forma prominente en los compromisos de acción climática de muchos países.

Colaboración con el Fondo Verde del Clima

El Fondo Verde para el Clima es el fondo principal para la financiación mundial del cambio climático, basado en las promesas de los países de movilizar 100 000 millones de dólares EE.UU para 2020. Financia proyectos centrados en el desarrollo de bajas emisiones y resilientes al clima.