El árbitro echeverriano Daniel Hessel dirigió, en la última fecha, un partido de Primera (B Nacional) en la cancha del Club Atlético Huracán. A sus 20 años, el joven realizó y profundizó sus estudios de arbitraje en la Liga de Árbitros de Esteban Echeverría, en la Escuela de Artes y Oficios municipal, y actualmente en la Asociación de Árbitros Argentinos.
Orgulloso por su gran avance en el mundo futbolero, Daniel contó su vivencia durante el partido Huracán- Defensa y Justicia: “La experiencia fue bárbara.
El clima que se vive es totalmente distinto al estar en un campo de juego magnífico y con tribunas en la que entran 40.000 personas. Fue algo único”.
A sus 16 años, Hessel ya tenía incorporado en su paladar el gusto por el arbitraje, y dirigía en las ligas barriales de Esteban Echeverría. A los 18 comenzó a formarse, y fue parte de un curso dictado por la Escuela de Artes y Oficios del municipio.
Las clases, basadas en ejercicios teóricos y repaso de las reglas del deporte, duraron seis meses y tuvieron su sede en el Predio del Colegio Grilli de Monte Grande. “Del curso me llevé muchos conocimientos nuevos sobre el reglamento.
Además aprendí cosas que van más allá de las reglas, gracias a mi profesor, Luis Oliveto, que hablaba sobre sus anécdotas y experiencias como árbitro y yo las tomaba como ejemplo”, contó el joven retrocediendo en el tiempo.
Daniel, que comenzó arbitrando en la Liga de Ezeiza y torneos de intercountries, dirige en la actualidad partidos de la AFA (Asociación de Fútbol Argentino).
Desde el sentimiento, habló sobre el significado del deporte que lo lleva paso a paso hacia la cima de sus sueños: “El fútbol en mi vida es una parte muy importante.
Me da alegrías, me hace conocer lugares nuevos y me tranquiliza. Juego desde muy chico, y lo considero mi cable a tierra. Disfruto mucho de lo que hago”.
Por su parte, Luis Oliveto, reconocido ex árbitro argentino y profesor de Daniel, habló sobre su profesión, sobre los jóvenes que se están iniciando en el proceso, y las reglas del arbitraje. Se definió a sí mismo y a sus colegas como “personas normales, pero con un sentido de la justicia que va más allá de la normalidad”.
Detalló los requisitos básicos para iniciarse: “Lo primero que se le debe transmitir a alguien que recién comienza es el significado de ser árbitro, más allá de las reglas de juego.
Tres cosas son muy necesarias al momento de arbitrar: Tener voluntad y vocación, un buen entrenamiento físico y un buen aprendizaje. Con la vocación, uno tiene libertad”.
Con respecto a las nuevas y antiguas reglas, Oliveto, con peinado ochentoso de estrella de Rock, opinó que el reglamento ha variado mucho a lo largo de los años, y cada generación debe aceptar lo que le tocó al momento de ejercer su pasión.
“Las reglas son para cumplirlas y hay que adaptarse a ellas e intentar trasladarlas a la práctica”, aseguró con la convicción que le regaló su sabiduría y experiencia en el campo de juego.
Oliveto dicta actualmente clases de Arbitraje en Canning, en la Secretaría de Deportes de la Provincia, y escuelas de Periodismo, entre otros lugares. Retirado de su profesión hace 17 años, el árbitro con reconocimiento internacional participó como juez de línea en la final de la Copa
Libertadores de Belo Horizonte, en 1997, y dirigió el famoso partido homenaje a Diego Maradona en el 2001, fecha en la cual el emblema del fútbol mundial y argentino convirtió dos goles de penal.
Además, arbitró el partido en el que Juan Román Riquelme debutó en Boca, allá por 1996.
Con admiración hacia su alumno, que crece a pasos agigantados, el árbitro que le dijo “Hola” a Riquelme y “Chau” a Maradona en el fútbol, confesó que a Daniel lo ve “interesado” y “preparado” para comenzar con el largo y anhelado camino por recorrer.