Aumenta el hambre en el momento de la cosecha, mientras se acerca una larga y dura temporada de carestía en 2016
Comunicado de prensa conjunto FAO/UNICEF/PMA
Juba – Sudán del Sur se enfrenta a niveles sin precedentes de inseguridad alimentaria, ya que 2,8 millones de personas -casi el 25 por ciento de la población del país- siguen necesitando ayuda alimentaria con urgencia, y por lo menos 40 000 personas están al borde de una situación catastrófica, según advirtieron hoy tres organismos de la ONU.
La Organización de las Naciones Unidas para Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) hicieron hincapié en que estas cifras son especialmente preocupantes porque muestran un aumento en el hambre durante el período post-cosecha, momento en que el país goza tradicionalmente de una mayor seguridad alimentaria.
Se espera que el número de personas que padecen inseguridad alimentaria alcance su punto álgido durante la próxima temporada de carestía –normalmente peor entre abril y julio- cuando la disponibilidad de alimentos es más baja.
Los socios humanitarios han publicado una actualización del análisis de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria en Fases (CIF), que prevé que la temporada de carestía se inicie a principios de este año, y que el período de hambre será más largo que en años anteriores.
Los tres organismos de la ONU señalaron que la temporada seca, que ahora comienza, podría traer dificultades adicionales a la población que se enfrenta a los niveles más graves de hambre.
Las personas desplazadas en el estado de Unity afectado por el conflicto -que han sobrevivido gracias al pescado y los lirios acuáticos-, se están quedando sin sus únicas fuentes de alimentos debido al retroceso de las inundaciones.
Los robos de ganado han privado a muchos habitantes de productos de origen animal esenciales como la leche, que fue su principal medio de supervivencia durante el período de escasez del año pasado. A menos que la ayuda humanitaria pueda llegar a ellos de forma fiable durante la estación seca, se enfrentan a una situación desastrosa en los próximos meses.
Por esta razón, la ONU solicita una rápida implementación del acuerdo de paz firmado el pasado año, y el acceso sin restricciones a las zonas de conflicto, para distribuir suministros que son muy necesarios en las áreas más afectadas.
«No son sólo las zonas directamente afectadas por los conflictos las que sufren inseguridad alimentaria: unas 200 000 personas en los estados de Bahr El Ghazal septentrional y Warrap también han visto deteriorarse su acceso a los alimentos, debido a factores como la inflación y las disrupciones de los mercados vinculadas al conflicto», señaló Serge Tissot, Representante interino de la FAO en Sudán del Sur.
«Una rápida aplicación del acuerdo de paz –añadió- es absolutamente fundamental para la mejora de la situación alimentaria».
«Durante la temporada seca, hay que hacer un esfuerzo masivo de posicionamiento previo para que podamos seguir ayudando a la población, ya que después las carreteras se vuelven intransitables, una vez que lleguen las lluvias», advirtió el director de país del PMA Joyce Luma.
«El aumento de la inseguridad en Greater Equatoria está obstaculizando la entrega de la ayuda humanitaria a través de las rutas principales, retrasando nuestros esfuerzos para prepararnos y dar respuesta a las personas que más lo necesitan».
El informe del CIF de hoy también pone de relieve la prevalencia generalizada de niveles de emergencia de malnutrición como cuestión que genera gran preocupación. La malnutrición en Sudán del Sur se atribuye principalmente al consumo insuficiente de alimentos, junto con otros factores como las enfermedades, los hábitos alimentarios, y la falta de servicios de sanidad y nutrición.
«Las familias han estado haciendo todo lo posible para sobrevivir, pero ahora se están quedando sin alternativas», subrayó por su parte Jonathan Veitch, representante de UNICEF en Sudán del Sur. «Muchas de las áreas en las que las necesidades son mayores están fuera de nuestro alcance debido a la situación de seguridad.
Resulta crucial que se nos facilite ahora mismo acceso sin restricciones. Si podemos llegar hasta ellos, podemos ayudarlos», explicó Veitch.
Trabajando con un gran número de organizaciones internacionales y no gubernamentales locales, la FAO, UNICEF y el PMA continúan distribuyendo ayuda para salvar vidas y medios de subsistencia en circunstancias difíciles.
La FAO tiene previsto asistir a 2,8 millones de personas en la producción de alimentos y la protección de sus activos ganaderos en 2016, frente a los 2,4 millones de beneficiarios del año pasado. El apoyo de emergencia a los medios de subsistencia de la FAO incluye material para el cultivo de hortalizas, aparejos de pesca y vacunas para más de 5 millones de cabezas de ganado.
UNICEF se ha establecido como objetivo tratar a más de 165 000 niños frente a la malnutrición aguda grave en 2016. El año pasado el número de niños tratados por la misma causa superó los 144 000, lo que supuso ya un aumento del 53 por ciento respecto de 2014.
El PMA distribuyó alimentos y ayuda nutricional a unos 3 millones de personas en Sudán del Sur en el último año, en colaboración con 87 ONG asociadas y usando todas las herramientas a su disposición, incluyendo lanzamientos aéreos, barcazas fluviales, transferencias de efectivo, compras locales de alimentos y alimentos nutritivos especializados.