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La FAO y los Premios Nobel hacen frente al doble problema del hambre y la violencia

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11 de mayo de 2016, Roma – No se puede consolidar la paz sin seguridad alimentaria, y no habrá seguridad alimentaria sin paz: éste fue el mensaje común de un grupo de Premios Nobel que han unido sus esfuerzos con la FAO para abordar el doble problema del hambre y la violencia a través de una nueva alianza lanzada hoy en Roma.

Oscar Arias Sánchez, Tawakkol Karman, Betty Williams y Muhammad Yunus, reconocidos por sus esfuerzos para detener las guerras civiles, promover los derechos de la mujer, ofrecer microcréditos a los pobres, y poner fin a la violencia interreligiosa, van a actuar como grupo de expertos para asesorar a la FAO sobre maneras de fortalecer los vínculos entre la paz y la seguridad alimentaria, en el marco del trabajo que está elaborando el organismo de la ONU para promover el desarrollo sostenible y la resiliencia en todo el mundo.

“Liberar al mundo del hambre y la necesidad es una contribución fundamental a la paz duradera», dijo el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, en el acto de lanzamiento de la Alianza FAO-Premios Nobel, añadiendo que en situaciones de conflicto, «la agricultura y la seguridad alimentaria dan nueva vida a los hogares y las comunidades afectadas: unen a las personas e impulsan la recuperación».

Las zonas rurales y sus poblaciones continúan siendo las más afectados en los conflictos, ya que los ataques a las comunidades agrícolas socavan los medios de vida rurales y desplazan a las personas de sus hogares.

Esto significa que ayudar a los agricultores es fundamental para prevenir el desplazamiento generalizado y sentar las bases para la reconstrucción, subrayó Graziano da Silva.

Muhammad Yunus, fundador del Banco Grameen, otorga al apoyo a las empresas rurales un papel fundamental para solucionar el problema del hambre y la inestabilidad, haciendo hincapié en la necesidad de rediseñar las instituciones existentes para evitar los errores del pasado.

«Concebimos las empresas como una manera de hacer dinero. Pero puede haber otro tipo de empresas: dedicadas a solucionar problemas», afirmó, subrayando la necesidad de fortalecer la resiliencia y los beneficios de las empresas como motor para la resolución de problemas sociales.

«Los habitantes rurales pueden ser tan buenos empresarios como cualquier otro: necesitamos instituciones financieras para apoyarlos», sostuvo, de forma que la juventud vea futuro en las zonas rurales y se conviertan en impulsores del empleo y el desarrollo económico, en lugar de emigrar a las ciudades buscando trabajo.

«La pobreza y el miedo no necesitan pasaporte para viajar», afirmó Oscar Arias Sánchez, expresidente de Costa Rica, llamando la atención sobre el impacto que el hambre y la falta de oportunidades han tenido en la mayor crisis migratoria mundial en décadas.

«Tenemos la violencia de las armas y la que se manifiesta lentamente», señaló, mientras describió las diversas maneras en las que la guerra afecta a las comunidades agrícolas y al medio ambiente. «La falta de resiliencia y seguridad alimentaria en muchos países no es más que pura violencia».

Recordando a los asistentes que su primer poema fue bélico, Arias Sánchez destacó la disyuntiva a la que se enfrenta la comunidad internacional hoy en día: «Nadie ha escrito todavía el último poema: aún queda tinta en nuestra pluma», dijo.

«Tenemos que decidir si describiremos un paisaje desértico en el que impera la muerte, o si reflejaremos el agua, el pan, el aire y la savia de los árboles. Tenemos que decidir si vamos a escribir el último poema bélico o un poema sobre nuestra paz y seguridad alimentaria», afirmó.

Haciéndose eco de las palabras de Muhammad Yunus, Tawakkol Karman, activista que trabaja en defensa de los derechos de las mujeres, calificó el fracaso de la erradicación del hambre como la mayor vergüenza de la humanidad.

Señaló que, si bien el proceso de globalización que actualmente está transformando el planeta permite que algunos individuos y empresas amasen grandes fortunas, millones de personas pasan hambre a diario.

«Esta ecuación tiene que cambiar”, dijo. «Lo que necesitamos es una globalización justa y positiva que permita que todas las personas compartan los beneficios”.

Para ello son necesarios el compromiso moral y la voluntad política honesta, indicó.

«Cuando te enfrentas a un problema como el hambre, no tiene sentido llorar: has de preguntarte qué vas a hacer al respecto», afirmó Betty Williams, pacifista irlandesa. «Derramar lágrimas sin pasar a la acción –dijo- supone desperdiciar un sentimiento».

Si conseguimos que esto funcione, es un gran paso para la humanidad», añadió, refiriéndose a la nueva alianza suscrita hoy.

En un mensaje, Ex Secretario General de las Naciones Unidas y premio Nobel Kofi Annan, subrayó las formas en que el hambre y la competencia por los recursos agrícolas pueden exacerbar las tensiones sociales, al tiempo que solicitó una manera más integral de pensar en la seguridad alimentaria y la paz